¿ A qué hora estoy muriendo?

lunes, 30 de junio de 2008

Una noche más...


No se, sí dudar de lo que escribo a continuación después de todo no se aún si es verdad o es otro de mi miles sueños, claro ustedes no lo saben, o quizás si, quizás no es la única alma atormentada... Bueno veremos, aquí está lo que cuento... Es verdad, lo sé.

El frío recorrió el dedo meñique de mi mano izquierda, y terminó en talón de mi pie derecho. La noche aparentemente era larga y tranquila yo simplemente me había acostado a sentir un delicada hora para dormir, sólo a eso, sin embargo, no fue eso, hubo más. Mientras duermo sueño con aquella con la cual quisiera compartir la cama, o por lo menos un parte de la soledad, mis manos se posaban en sus rubios cabellos, que nada lacio eran; su cara me estudiaba, su boca, nada perfecta, dibujaba una sonrisa, era cálida. Pero, ella dejo de verme , observó sin parpadear por horas la luna, un rayo de luz del exterior y me ve con ternura por ultima vez ( oh que linda eres, imperfecta) y se levanta de mi lado, nuevamente besa mis labios y se da la vuelta con un adiós. No me importa por que es bella así que no me preocupo: debí hacerlo. Acto seguido se acuesta, y no dice mas nada. Pero esta fría, es como sí el clima del ártico volviese a mi después de tantos años, y allí está la toco y no se mueve.
Volteo su cara, y salí aterrorisado, pero no grité estaba mudo mi voz no lograba proyectarse ante tal monstruosidad era asqueroso y temeroso al mismo tiempo. Ella era una carabela con los dientes podridos envuelto en asqueroso color verde chorreante, sus cuencas oscura como la noche me veían, me veían, y su boca me sonreía. Nuevamente intente gritar pero no pude, !oh por dios!. Es esqueleto se puso a hervir y fue a acariciarme; ese montón de huesos moribundo intento tocarme, la mano se acercó rozó mi pie y de repente, la voz escondida en los mas albores de mi garganta emergió con fuerza: !Ha!, grité como si muriera.
Y...
Yo...
Desperté: Un sueño eso era, vi la oscuridad que me rodeaba, mi cama vacía yo sólo. Mi respiración estaba dificultosa y mi vista nublada. Luego que empecé a calmarme observé con crece la puerta de mi cuarto, en realidad no la observé la miré, miré lo que estaba allí: Luz, esa que siempre nos salva de la pesadilla. La puerta estaba abierta; yo vivo sólo, no puede estar abierta yo la dejé cerrada junto con la luz apagada; todo eso mi mente razonó pero lo siguiente nunca me lo esperé y mis pocos hilos de razón nunca volvieron después de eso.
Fuera de mi cuarto, había ( no se si aun sigue así) un televisor que usaba regularmente, de allí vi lo que destruyo mi cordura: una sombra, tenía la forma de un pájaro con alas muy grandes, pero acto seguido comenzó a agrandarse hasta formar el cuerpo de un hombre ( o algo parecido) con alas muy amplias, todo esto pasó en segundo. Salté de la cama con un hedor a adrenalina y camine hacia el pasillo... El grito ( el aullido de los perros) , la sombra se hizo más grande, cuando mi pies tocó la primera cerámica del pasillo la luz se apagó y volvió a aprenderse rápidamente, una y otra vez en ciclo interminables... algo me tocó voltee lentamente y un grito de ultratumba me dejó sordo luego de eso la tiniebla me envolvió caí y todo a mi alrededor se encendió en llamas. Luego la oscuridad...
Desperté el día siguiente en mi cama en vuelto en sabana y todo perfectamente estable, mi puerta de la habitación cerrada con llaves, la luz de afuera apagada, obviamente algo estaba mal...

Noche de Corrupción

Luis Briceño

''Una delicada línea de separación entre las fuerzas del bien y el mal''

Fernando, estaba cansado de las aburridas conversaciones de su hermana y de su prima. Y era irónico, porque tendría que soportar esas absurdas conversaciones por más de tres meses en que pasaría de vacaciones en Anzoátegui. Claro está que su estancia sería poco mas de una semana, él no lo sabía ni estaba predispuesto a ello, pero por el destino tubo que aceptar sin ser preguntado.
Son unas sátiras, se dijo mientras comía alegre en el segundo puesto del viejo Foz anguila de su padre.
Casandra era su prima. Alta, morena gorda, y con cabello liso esponjado, tenía una camisa con una grandes manchas hecha por el sudor, en varias parte en la que Fernando no se fijo para no burlarse. Algo muy inteligente de su parte después de todo eran dos absurdas jóvenes contra un joven despistado.
Carmen por su parte era el lado puesto de su prima, era baja de cabello ondulado y muy blanca, pero sus diferencias físicas no era un tabú para dejarse de hablar ni para oponerse, de hecho eran las mejores amigas, Y ambas tenían una especialidad que Fernando odiaba. Esa especialidad era hartarle la vida a él, hacérsela cuadrito. Tanto así que el pobre chico de 14 años había terminado con su venti-único amor por causo de un chisme de ella, el cual involucraba a Fernando en una situación amorosa con Verónica una muchacha del instituto donde estudiaban. Y al que ellos no regresaron nunca.
--Estoy cansado me duele la espalda del viaje—dijo Fernando esperando a ver que respondía sus compañeras que estaban muy concentrada en su revista. Estúpida
--Me parece bien Fernando, ahora ocupa tu atención en decirme como me veo por que estoy cansada de recibir las opiniones magnificas del espejo, que claro dice que soy bella.
Casandra sonrió y Fernando hizo un gesto vomitivo.
--¡Oh! por dios, como quieres que te diga. Uno si soy sincero moriré en la playa y dos si miento cargare con el cargo de conciencia, mejor me abstengo de hablar—Se llevo la mano a la boca y con un tos falsa disimulo una burla<>.
--No lo escuches prima, sabes como es él de tonto, en serio como pueden ser hermanos—miro la figura de Carmen sonriente—Ah no ya lo entiendo, es que tu tienes el cerebro y la belleza y este pobre no tiene ni la cedula.
Soltaron una carcajada, y se balancearon contra el asiento trasero del auto. Fernando botando fuego por los ojos—imitando muy bien una caricatura animada de un toro correteando un conejo con tendencias homosexuales—saco su Mp4 y se puso a escuchar la radio… pero de repente después de media hora de que el locutor había indicado el resultado de los juegos, una voz grasosa y chillona se escuchó diciendo:
<<>>.
Una mezcla de calor y frió, como si estuviese en el centro de la tierra y a su ves fuese transportado por medio de una soga hacia la patagona Argentina o a el polo norte. No sólo la sensación de vértigo le invadió como nunca, si no la agonía de no poder pronunciar ni expresar algún sentimiento.
Luego un crujir en el Mp4 y se quito los audífonos ignorando eso. Claro que estaba asustado, que demonios había pasado. Pero bueno después de todo, viajar con ellas era lo peor y a lo mejor el pasar tanto tiempo le había hecho dormir y soñar eso. Las miro ellas ahora estaban dormida una sobre la otra de una manera graciosa. Se tenía que olvidar de eso
Cantando para sus adentros y después de una hora, la mamá y el papá se voltearon de los asientos delanteros con expresión alegre y diciendo un fuerte y claro ¡llegamos! Las chicas emocionadas empezaron a ver por la ventana. ¡Nada que ver! En las 5 horas que había durado el viaje no había existido un cambio repentino de vista. La autopista Caracas—Barcelona, no era más que un monto de ligamento que va desde vegetación de bosque, selva…. Pero nada que ver—tomando en cuenta que son declaraciones de adolescentes, en realidad las grandes reservas forestales así como la áreas de aprovechamiento agrícola es un sector apropiado para esta zona, pero eso no es mi responsabilidad de comentar, ni expresar el ultimo reglón socio-económico de la ciudad, así que continuo con la opinión de ellos—. Y en plena frontera de Anzoátegui con Miranda era lo mismo, nada que ver más que paisaje verde y natural. Conciente de ello él dijo menudo cambio, ni que fuera margarita, eso si seria emocionante.
Las chicas molestas, le golpearon y comenzó una guerra entre los 3 ellas lo jalaban mientras que él las mordían, los padres acostumbrados de ello sólo se limitaron a disminuir la velocidad, era hora de pagar peaje, ¿para que usaran ese dinero se preguntaron, porque el cemento estaba todo quebradizo?
La mujer del peaje perpleja del comportamiento de los jóvenes se limitó a formular una mueca muy forzada que parecía un dibujo animado, o más bien no animado.
--Papa, cuando van a llegar nuestros tíos—pregunto Fernando después de 10 kilómetros, llegando a una entrada al Pueblo de Boca Uchire. Era un pueblo limítrofe entre la industrialización con la estocada de la agricultura, ni muy industrializada o modernizado, ni muy antiguo aislado de civilización: solo un lugar intermedio. Para los padres de Fernando era perfecto, para él era patético y para sus acompañante era… ¡No les importaba!, solo él hecho de que haya playa era lo único, que hacia falta para pasarla bien, por su parte Fernando ya estaba agonizando incluso cuando pasaron por la plaza del pueblo.
Era una subestructura de piedra, con un montón de balcones repletos de niños jugando y mujeres esperando a sus maridos. A Fernando le atrajo una chica que vendía helados alrededor de la plaza, pero tuvo que olvidar ese pequeño amor cuando su papa llegó y cerró la puerta de carro en señal de un adiós. Intrigado por la muchacha preguntó si alguien quería helado, sus compañeras aceptaron y contento (por primera vez de que ella estuviesen allí) se bajo rápidamente con 5 bolívares fuertes como ahora le decían. Se acerco al centro de la plaza que estaba llena de palomas se quedó distraído ante ellas y continuo su camino hacia la muchacha, la observó y ella sonrió, él le respondió. No supo cuanto tiempo paso entre sonrisa y sonrisa hasta que ella interrumpió con vergüenza.
--¿Disculpe no quería algo?
-- Si a ti
Se respondió, pero luego se regaño por eso, es una mujer de pueblo y no dejará todo por mí. Somos muy diferentes.
Se aclaró la garganta y pidió los helados luego con otra sonrisa se despidió de su enamorada y muy feliz se volvió, con timidez hasta la esquina de la plaza donde estaba aparcado el carro. Todo hubiese sido normal si él hubiese seguido rápido se montara y se alejara perdiéndose de la vista pero no, volteó a verla por última vez y luego en ese instante todas las palomas volaron, ¿Qué lo causó?, no lo sabía pero la respuesta le llego muy rápido, una criatura emergió del centro de la plaza donde había una fuente. La criatura era pálida, con cabello liso y mojado, su cuerpo enano estaba lleno de harapos y sus ojos eran cristalinos y grandes. Muy grandes. Observándolo, y la criatura a él, sintió como unas palabras le llegaban de nuevo <<>>, tapándose los ojos por la asquerosa criatura, se hecho para atrás. Luego de un segundo o dos, las palomas poco a poco regresaron pero esta vez el chico se tardo en abrir los ojos, no había nada, ya no estaba.
--Muchacho eres estúpido—le retó una señora mascullando y gruñendo. Él la había pisado en su momento de miedo. Fernando simplemente se disculpó pero la mujer se limito a decir: ¡tal vez no eres el apropiado!
--¿Perdón?
Pero nada. La vieja vestida de pantorrillas negras y una sábana vieja y arrastrada ya no estaba. Se había esfumado entre los árboles. Quizás la edad transforma a la gente en un auto dependencia interna que nadie pudiese encontrar, pero nada de eso le importaba a Fernando, sólo lo que le había dicho ya era suficiente, ¿Qué me está pasando?, estoy en lapsos mental. La estrecha línea de relación entre la razón y lo sensorial se había dislocado en su mente y los fantasmas de su vida se estaban manifestando en este maldito pueblo.
Luego de lo que pareció una conferencia de la ONU, rompió si discute interno por la bocina del carro. Sólo sabía algo cuando se montó al carro.
Me estoy volviendo loco.
--¿Por que tardaste?—le preguntaron pero hizo una mofa y el carro se encendió de nuevo y se dirigió a una casa rodeada por un matorral y un bosque, al fondo estaba un rió, extraño. Y por un camino de al lado se llegaba a la playa, esa idea no le enfrió el miedo que tenia. Las imágenes de eso le llegaban una y otra ves. Que era eso, por que nadie había visto nada cuando les pregunto al regresar al carro, si vieron algo lo pero en ves de eso todos afirmaron que el pasó corriendo la plaza causando el miedo de las palomas. Impactado por eso volvió a concentrarse en su mundo olvidándose de todo hecho extraño.
>>Por favor estoy de vacaciones, muy merecidas, tengo que relajarme, demasiados libros de terror me están haciendo dudar hasta de lo que veo y hago mejor, me olvido de , y listo
No. Sus debates no terminaron. La locura, oh diosa y demonio, estaba en ese pueblo y en ese carro había pares de personas que serían quienes vivirían o no, al lado de la locura.
No se si estoy loco pero… Una parte de mi me habla me susurra me arrulla y me da deseo de huir alejarme de todo, pero mi otro yo me dice que sólo es una tontería, es un juego mental.
Como me siento, parezco un títere dentro de la conspiración de un titiritero que tejes las acciones para llevarme a un punto, ¿cual es ese punto?, no lo se pero, ya mi vida no será igual. Esa criatura me está atormentada.
Por desgracia la caricatura solo se escucha y siente solo tres veces, y luego de ello se olvida, para siempre, él lo sentiría, pero después de eso olvidaría, irremediablemente que eso, existió, era seguro.
--Yo a ti te veo raro, estas pálido—le dijo su hermana cuando estaba dejando todos los bolsos en la casa. Se habían tardado alrededor de una hora desde el pueblo a la casa. No porque quedase lejos se habían devuelto tres veces: la primera en busca de un técnico de la luz, por seguridad se quitaba las conexiones eléctricas por que la gente se encargaba de robar las conexiones; la segunda de un cerrajero, el estúpido que le cuidaba la casa había cambiado la cerradura y a su vez botado las llaves; la tercera vez fue a buscar a un plomero, tal parecía que los malandrines habían roto las tuberías en tontos juegos.
La casa era amplia de paredes rosadas y techo alto y triangular con incrustaciones de tejas, las ventanas eran muy amplias porque esa zona se caracterizaba por el calor sofocante, aunque el calor no iba ser desaprovechado por ellos. Cuando hay calor aprovechan y se bañan afuera, juegan con agua y se divierte, eso fue lo que hicieron la primera semana de estaría, pero en la segunda semana de estaría del pueblo de Boca Uchire, eso volvería a presentarse Fernando.
Los dos primeros días de la semana habían sido de calor y de mucho juegos, de viajes a la playa de compras de recuerdos, en fin lo normal cuando se está en ambiente familiar y con todo aquello, el chico se olvido de , claro está su mente se lo recordaba cada noche especialmente en las noches cuando todos dormían, voces en su mente le volvían loco, pero el día siguiente, todo era borrado y comenzaba de nuevo, ya se había acostumbrada. Es increíble como el miedo mas sofocante con la presencia constante se hace formar parte de ti, y a pesar de que su ya desquiciada mente le obligaba a ver cosas, al caer la oscuridad y dejar la luz del día, ya él se había acostumbrado, pero…

Viernes por la mañana alegres de un día nuevo, y llegando el fin de semana que significaba fiesta para los jóvenes y salidas para los adultos, y cuando se menciona adultos es porque los padres de Casandra habían ya llegado y desde eso, todo era más alegre para Casandra. La compañía de los padres siempre es agradable.
Después de las inagotables olas del mar y del cansado surf Fernando, y sus dos compañeras regresaron en bicicleta a la casa, habían acordado ir por la noche a eso de las 7 a un cascada que desemboca a la playa, era cuestión de diversión. Sus padres no lo permitían pero creerían que estarían en el pueblo porque después de todo estaban en vacaciones y hay que disfrutar el momento, o eso es lo que pensaban ellos. La chica de la plaza sólo se había acercado una vez mas al campo visual del chico, sólo para hablarle de la cascada, algo que él tomo como una invitación, la sola mención de la de que estaría a las 8 allí, le despertó euforia. Después de eso. La chica desapreció de Boca Uchire, alrededor de diez años y para siempre del campo de visión de Fernando.




Al otro lado de boca Uchire los padres jugueteaban con un aparato eléctrico. Jamiz y Vero eran grandes amigas y madre de Fernando y Casandra. Ellas estaban casadas con Armando y Víctor, respectivamente. Desde pequeños se conocían y uno había cortejado a la hermana del otro, por eso eran tan amigos. A pesar que los hermanos se golpearon hasta más no poder por la ética de sus hermanas a la final ambos se aceptaron pues, ellas los habían elegido a ellos.
Jamiz comentaba el interés que tenia de ir a conocer la cascada la que presentaba una belleza inmensa en las noches, pero por miedo a que los muchachos se ahogaran no lo había planteada para ir todos, A víctor le parecía buena idea que los niños se fueran al pueblo y ellos se dirigiesen al rió, quien sabe que emoción tendría allí adentro. Por que bajo la luz de luna, dos parejas son atracciones mutuas a la que no caeré en mención pero si, en que tanto eran los planes que hacia que un hombre bajo con barriga ancha y llena de bellos blancos se le cerco preocupadísimo por su conversación, que no había evitado oír.
Les miro con cara pacifica pero su voz era atragantada.
--No les recomiendo, que vallan en la noche, discúlpenme se me hizo difícil no prestar atención a su conversación pero es que su tono de voz…--Armando corto lo que parecía un discurso de disculpas.
--No se preocupe, ¿que nos decías?
Unas gaviotas chillaron fuertemente y se perdieron dentro el horizonte rojizo.
El viejo observó las gaviotas. Una en especial, de un color grisáceo, y un pico torcido que al reparar de la visión del viejo se marchó. El viejo después de la conversación con los padres de Fernando. Simplemente saldría de escena hasta que el momento fuera apropiado.
--Ese rió es un peligro porque….


Mientras tanto.
Al otro lado Fernando ya había llegado vestido y preparado para irse, pero sus primas y hermanas estaban al baño. Preocupado por la falta de agua fue a comprar un botellón de agua sin avisar ni siquiera gritarle, a nadie.


En el interior de la casa.
Casandra y Carmen, ya se habían vestido, estaban hojeando una receta, esperando que su endemoniado hermano-primo le dijese que se vallan. Ya había atardecido y la luna estaba en lo alto. Tomaron un vaso de agua y su Fernando nada que llegara escucharon su voz que decía: Esperen un momento voy al pueblo. Fastidiadas horriblemente se quedaron inmóviles observando la receta y admirando las imágenes.

Diez minutos después.
Fernando dejo el botellón en la puerta de la casa puesto que todo estaba cerrado, lo habían dejado y se habían ido a la cascada, eso fue lo que pensó porque que mas podría haber pasado, preocupado cubrió el botellón bajo el carro y se asomo por la calle oscura tenuemente iluminada cuando al final cerca de un faro de luz amarilla vio las dos figuras de su prima y hermana llamándolo, ¡al fin! Fue lo que entendió que le habían gritado. Comenzó a caminar pensando que se habían molestado, luego de caminar se dio cuenta de que ellas se voltearon y tomaron el camino a al cascada. Les gritó que lo esperase pero tomando en cuenta que se fue sin avisar a nadie tenían su derecho a molestarse, empezó a correr tras ella.
De ves en cuando le decían, ven Fernando, vamos aun es temprano, le parecía extraño pues nunca le importaba si era temprano o no, pero no le interesaba eso, tenia un verdadera idea, su prima, después de todo era mujer y el bueno un hombre podían jugar un rato y aprovechar el escenario, su hermana también le gustaría; pero luego de eso las asuntaría llevaba en su bolso una sabana con eso las asustaría un montón. Y así se fugasen y lo dejasen sólo a las ocho para encontrarse con la chica del pueblo.
Se la pondría y empezaría a gritar como loco para que creyendo que era un fantasma, a ver si eso le asustaba. Se quedó perplejo cuando entraron al sendero de la cascada y de allí no las observó hasta que escucho el sonido del rió y el chapoteo. Seguro ya habían entrado.

En el mismo momento de que Fernando entraba al camino de la cascada. Casandra y Carmen se miraban malhumoradas, por la espera.
--¡! Dios, Fernando Nada que llega!!—gritó Casandra desesperada por la demora y se precosto en la cama a dormir. En cambio carmen sólo salió a la calle y se fijó en el botellón de agua. ¿Había regresado y no nos dijo nada?, se estaría jugando una broma, dudo de todo pero después se reincorporó y salio corriendo a despertar a su prima.
---Algo le tuvo que a ver pasado—le dijo alarmada en al habitación
--¿Qué?
No supo ni por que ni cómo. Pero lágrimas salieron de sus ojos. Y se quedo postrada en la puerta de la casa observando algo que le helaba la sangre. Una criatura.

Dentro del carro. Los padres de los chicos cansados de aquel día de playa, comentaban lo del viejo que se les había acercado.
--Bueno se frustraron mis planes—dijo Víctor incorporándose al carro algo atemorizado por el cuento del hombre gordo. Aparentemente, alteraba el estado natural de este pueblo que daba miedo a los pueblerinos, ignorando eso todos se dirigieron a la casa con miras a ir al pueblo con los muchachos, ninguno creería ni se le había ocurrido imaginarse, lo que verían al cabo de unos minutos: Casandra bañada en lagrimas, y nunca se perdonarían lo que comprendería esa noche.


Estaba sola. La cascada estaba sola, no había nada. Sintió temor por primera vez, no un simple temor, la sensación de frió le abrumo cada centímetro de su cuerpo la nuca se humedeció y la boca comenzó a temblar, en otro momento él mismo hubiese indicado es la , pero no lo haría estaba muy asustado para poder pensar para poder creer.
Recordó algo que le había comentado su profesor de historia. Luís. Un equilibrio de poder entre las fuerzas del bien y el mal
Quiso rezar pero el alma no le ayudaba, de nuevo el algo se movió. La cascada era de uno 10 metros, al fondo una pequeña laguna se encontraba con un alto fondo de piedras, arena y muchas historias que contar, pero ahora ese no es mi deber solo, me obligó a narrar la historia de Fernando. La luz de la luna iluminó una parte específica del lago y de allí la criatura nuevamente salia lentamente.
Tercera vez, ahora toca al olvido.
Sin poder pronunciar nada la criatura se acerco a Fernando. Estaban solo metros de distancia quiso correr pero no pudo de repente un grito ensordecedor le dejo sordo y los grandes ojos de globos hicieron que los suyos se inflase hasta salir de sus cavidades. Aquel grito se prolongo rompiendo sus tímpanos sintiendo un frió y un dolor intenso. La criatura dijo algo <<>>.
Fernando salto como si fuese un títere a la cascada en su trayecto cayo sobre un montón de piedra, él grito continuo, Eso silbó y las criaturas de la noche se escondieron. Detrás de la criatura una mujer se apareció con una carcajada como el de una bruja tocándole el pelo.
Luego el silencio.

Después de tres semanas un joven aparecería muerto en la orilla de la playa encerrado en un círculo con una palabra escrita. Y ahogado de arena, su cara estaba tapada con una máscara, y no tendría ni ojos ni cabellos. Solo la gente supo algo de ese chico.
Algo insignificante. Lo llamarían criatura